martes, 20 de abril de 2010

EL DIA DE EMBOTELLAR EL VINO (17/4/2010)


Aunque ya pasada la fecha en la que se recomienda el embotellado, osea durante la luna de menguante, por causas que no vienen al caso, nos dispusimos a hacerlo. Llevamos los coches particulares con las botellas en vacío, bien limpias, y conforme íbamos llegando a la hora prevista, diez de la mañana, las fuimos colocando cerca del deposito destinado para nosotros, que en este año era de acero inoxidable y cuyo contenido rondaba los seiscientos litros.
La bodega es artesanal, y en ella instalamos nuestra maquina de llenado, de cuatro bocas, de acero, y la encorchadora manual, ambas son de fabricacion portuguesa, que las hacen muy bien y económicas.






Como esta operación llevábamos haciéndola mas de veinticinco años, ya cada uno fue ocupando el puesto que le correspondía, uno desembalando las cajas y colocando las botellas cerca del que las llena, otro llenando, un tercero suministrándolas al encorchador, al mismo tiempo que las colocaba para evitar la rotura y que se derramara el vino, aunque esto no es lo mas importante, sino que no hubiera accidente, otro acercándolas al que las colocaba en las cajas, y por ultimo uno apartándolas para que no estorbaran, esto todo en cadena. Y así pronto se hizo el trabajo.


Y así una a una fueron llenandose las botellas hasta llegar al numero de quinientas, como estaba previsto, (el numero de corchos del primer paquete), para hacer un descanso y tomar un refrigerio, como todos los años.
Ya la propiedad de la bodega nos tenia preparado, una lamprea seca asada a la brasa de vides, que le da un sabor especial, jamón casero cortado a cuchillo, que es como mejor sabe, empanada de bacalao y de carne, muy típicas de nuestra Galicia, y también como no, vino tinto y blanco de la cosecha propia.


Durante la misma no faltaron comentarios, de los primeros años, en que era muy penoso el acercar las botellas a los coches, antes de entrar estos hasta la bodega, además de lo pesado que eran las tinajas plásticas cargadas con cuarenta y ocho botellas, con las que las transportábamos.
También un recuerdo inolvidable de los que ya no están con nosotros, en especial de Cholo y Modesto.
Estos comentarios y otros de otra índole, siguieron al salir del convite.



Este fue el momento que aproveche para ver como iba la cosecha actual, y lo bien cuidada que estaba la plantación. La orientación del viñedo es hacia el sur, recibiendo de pleno el sol, por estar en una ladera de la montaña cara al río Miño, a su paso por Arbo, cuna del vino Condado.




Aunque esta motorizado, el trabajo es familiar y arduo, pues el hijo aparte de trabajar en una factoría de 
Vigo, ayuda al cuidado del viñedo, en el cual hay que cavar, podar, armar, sulfatar y vendimiar, aparte de la elaboración del vino, con sus correspondientes trasiegos, etc.



La casa esta muy cuidada, y el hórreo es autentico de una casa de labranza gallega.



De nuevo, continuamos con el enbotellado y pronto terminamos, pues eran pocas las que faltaban, seguidamente las etiquetas y las cuentas, y por ultimo el cargar los coches.
Otra vez comentarios antes de salir




Y todos con la música a otra parte.