martes, 5 de abril de 2016

UN TREN PARA MARTIN








UN TREN PARA MARTIN

Todo empezó con unos trozos de madera encontrados por mi nieto Martin sobre el banco de carpintero, sobrantes de una esfera de reloj que estaba haciendo Jóse mi yerno, con  retales de tarima de piso.




 Y los coloco de forma que pareciera una corredera para imaginar  un tren por una vía, me recordó el tren mono carril japonés deslizándose sobre una vía elevada de cemento armado, le   hice un dibujo preguntándole si le gustaba, a lo que contesto que sí, pero quería que le hiciera uno que se moviera con ruedas






Entonces entré en el sabelotodo de internet, y en imágenes de trenes de juguete encontré uno que me gusto  trate de plagiarlo aunque con modificaciones propias, recordando las clases de Literatura del Instituto Santa Irene allá por los año 48 del siglo pasado en el que el Catedrático decía que el plagio era permitido siempre que le siguiera el asesinato, esto es que fuera con analogía pero de mayor calidad, no creo que haya conseguido la mayor calidad pero si la diferencia.
 Este es el tren que traté de plagiar de www.imagui.com. !A que es bonito!
 




Empecé por la máquina haciendo el cuerpo central, las ventanas del conductor,y el tejado, pero no me convencieron la chimenea ni las rueda, porque lo hacían muy monótono, no quitándole mérito al artista que lo diseño.
Primeramente intente de hacer las ruedas de un trozo de rama de limonero, pero debido a la torcedura al tornearlas me resultara demasiado pequeñas así que las deseche.






Para las ruedas encontré en el almacén-trastero un balaustre antiguo, de cuando hacia las escaleras de madera, claro está, antes de mi jubilación.


 





Y con él tenia parte de mi trabajo hecho, lo corte en trozos para poder tornearlos, e hice catorce ruedas para acabar mi trabajo, fueron bastante laboriosas,  no solo para cortarlas sino también al taladrarlas para el eje, pues se me iba la  barrena al  son de los anillos, después de lijarlas las barnice antes de colocarlas. También torneé la chimenea y barnicé, para después espigarla en el cuerpo del tren.
Para el vagón prepare las piezas, les hice las ventanas y encole todas ellas con cuidado que no se rompieran debido a lo débil que quedaran, a continuación lije, para más tarde barnizar.
Faltaba colocar las ruedas, pensaba hacerles el eje de madera pero pensando en lo delgado que tenían que ser y ante un pequeño golpe se rompieran, opte por ir a lo metálico y buscando en los cajones encontré como ideal unos remaches de la medida necesaria de 5 mm. x 25 mm., a los que quite el vástago  y  echándole un punto de cola blanca los introduje en el agujero que había hecho en el tren, claro está después de alojar las ruedas en el eje y dejarles la holgura necesaria para que rodaran bien. Uní los dos elementos con cáncamos pequeños para que se pudieran articular.



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Faltaba el otro vagón, este iba a ser portador de los “arboles“ cortados en el monte, para eso era necesario empotrar en la base unas barras que podían ser de madera, ya que él era de ese material, pero por la misma razón que como los ejes de las ruedas  que pudieran romperse aproveche los vástagos de los remaches y los clave el en cuerpo del vagón, para los “arboles”   use unos trozos  de ramas de un árbol podadas anteriormente que corte a la misma medida y los coloque entre los vástagos simulando un cargamento de troncos de madera, los sujete con unas gomas a unas cabezas de los vastagos clavados entre las dos ruedas .
Las vías las construí con unas piezas de madera que corte en trozos iguales y los ensambles con unos espigos, siendo asi mas faciles de guardar, para luego abrir  unos surcos por los que se deslizan las ruedas.
  Y así quedo rematado. 







Y como iba el susodicho Martin a pasar las vacaciones a Oporto, le dedique su paso por el puente.




 


Con esta historia recordé un cuento que leí y que recompuse a mi manera.
Había en un pueblo un carpintero que se dedicaba a sus horas de ocio, para complementar  su pecunia,  a hacer juguetes de madera que vendía a los  vecinos  por las fiestas de los Reyes Magos, (Hoy podían ser también Reinas Magas). Estos los exponía en un escaparate pequeño en el frente de su negocio.
Un buen día un niño, hijo de los pudientes del pueblo, tal vez hijo del farmacéutico, maestro o alcalde, que eran los que dominaban ese pueblo además del cura, se paró delante del escaparate contemplando los juguetes, entre los que había un tren de madera, y estuvo mucho tiempo  extasiado con el juguete, salió el carpintero a un recado y al volver seguía allí el niño, le dijo si le gustaba  a lo que le contesto si le dejaba  jugar un rato con él.
El carpintero lo dejo entrar en la carpintería y en el suelo lleno de serrín paso tanto tiempo que cuando se dio cuenta era la hora de ir a comer, y  se había olvidado de ir al colegio, le fue a buscar  la muchacha (hoy empleada del hogar) y no estaba, por lo que se armó un gran revuelo, pero al llegar a la casa ya estaba el pequeño.
Su padre le regaño y quiso saber dónde había estado tanto tiempo, y fue con él a la carpintería.
Allí encontró al carpintero que le enseño los juguetes que hacía, quedo impresionado con la maravillas que tenía que le compro todas las existencias, esto hizo correr la voz  por el pueblo y los pedidos fueron aumentando de tal forma que su única dedicación fueron los juguetes, primero contrató a un empleado, de seguido a dos más, como el negocio fue aumentando compro maquinaria bajo el mecenazgo del padre del niño, y se estableció una gran industria en el pueblo dando trabajo a gran parte de sus habitantes que paso de ser de la agricultura a la industria, y como los niños iban en aumento la demanda era cada vez mayor.
Espero que no entren los políticos en el negocio y le pase como a los habitantes  de Villacañas, pueblo de Toledo dedicado a la fabricación de puertas de madera, que con la burbuja del ladrillo y la desmesurada especulación hundieron la industria boyante que daba trabajo a gran parte del pueblo. Recuerdo que en mi época de trabajo para servir las Puertas Cuesta, había que hacer el pedido con debido tiempo por su tardanza.
Deseando que hayais  tenido unas Vacaciones de Semana Santa felices os mando un saludo.


En Vigo a cinco de Abril de 2016